
Tejido de luz y de sombra
Soliloquio en escenas
Alejandro Giampa
Escena 1
Imagen de mi mamá riendo, cuando volvía de su trabajo me tomaba entre sus brazos y me hacía volar.
Ella era la que desde sus hombros me hacía conocer el mundo me levantaba para jugar y hacerme reír.
La felicidad puede darse en un instante y puede extenderse toda una vida.
Escena 2
La imagen de mi padre llevándome al mar de la mano. Él quería que yo aprendiera rápido a nadar, me daba instrucciones para sobrevivir, ternura de un padre que me sostiene aprendizaje de un niño de cinco años.
Escena 3
Mi mamá me enseñó a jugar al ajedrez, ella amorosamente me enseñó a mover las piezas, heredero de su magia. Es infinito el tesoro de las piezas. Es infinito el amor de mi madre.
Manos moviendo las piezas. Manos pequeñas moviendo las piezas de un tablero que será el mapa de mi historia.
Escena 4
Imágenes de la noche del secuestro, mis padres encapuchados en el piso, mi abuela contra la pared. Entraba y salía gente de civil, un uniformado mandaba, era la noche del 30 de agosto de 1976.
Soy el testigo del horror de esa noche.
Se los llevaron y quedamos con mi abuela en un inmenso silencio.
En el centro solo había vacío.
Escena 5
Días después vino la tormenta de Santa Rosa. El granizo destruyó el techo de nuestra casa. Yo dormía en el placard, era el único refugio posible. A la mañana el techo era un colador por donde entraba la luz del sol. A la noche vinieron compañeros de mis padres, veloces y en silencio arreglaron todo, aunque corrían riesgos ahí estaban, aun niño entendí lo que era la solidaridad.
Escena 6
Voy de la mano de mi abuela, otro día de búsqueda, ella iba junto a otras madres, las escucho hablar, a veces susurran. No entiendo lo que dicen, pero están decididas, se las ve fuertes juntas, siempre me sonríen y me acarician la cabeza. Llevan la persistencia del agua, nada las detiene, ni su propio miedo, ahí están como satélites que alumbran guiando.
Escena 7
Una sobreviviente me trae la última voz de Ana Rosa y Juan José: tu mamá nos cuidó a todas me dice, éramos adolescentes y ella nos protegió como a hijas, desde la celda superior tu papá cuando podía le cantaba amorosamente a tu mamá, esa es la última imagen de ellos, el amor aun dentro del horror, su amor me habita y me envuelve para siempre.