
Adentro
Adela Fiora
Me doy cuenta de que sé muy poco de esta historia y de que acomodé todo para que fuera más liviana y no lo es.
A medida que pasa el tiempo y escucho, el horror me abraza.
El alivio de compartir me hace más fuerte.
El dolor sale
Más luz…
Más vida…
Más almas… por momentos todas se unen, pasadas, presentes, futuras…
Y me costó mucho trabajo interno aceptar que puedo escribir.
Tengo miedo de que lo que habita en mí, el dolor, salga. Me resisto, no quiero sentir el vacío, siempre él fue mi compañero.
Estoy en mi casa y mi hijo duerme.
Mi papá me iba a hacer una casita en un árbol. Mi único refugio era el árbol más alto que tenía en mi casa.
Siento dolor pensando que mi hermana no lo conoció. Ellos merecían conocerse. En ella brilla el amor que él le dejó.
Él no está. Él nos dejó todo. Pero lo más importante es la libertad que heredamos, de él y de mi mamá.
Cómo me cuesta escribir papá.
Ahora me acuerdo cómo me costaba cuando era chica y estaba aprendiendo a escribir, cómo me dolían esas cuatro letras, recordar que no estaba, sentir ganas de llorar pero aguantar.
Hay días que siento que no puede ser verdad.