
El claro de sus ojos
Clara Teresa Bacchini
Ustedes son la luz de este mundo, procuren que su luz brille delante de la gente para que vean el bien que ustedes hacen.
(Mateo 5)
Soy Clara Teresa Bacchini integro H.I.J.O.S. La Plata, soy hija. Todos somos hijos de alguien, pero nosotros somos hijos de desaparecidos y eso nos hermana, nos reúne, nos fusiona amorosamente.
Pequeñas cosas de la vida como el año de nuestro nacimiento, en otros es un dato más en la historia de nuestra identidad; en nosotros los H.I.J.O.S. es un dato fundamental. 1976, marcó mi vida, porque es el año en el que nací, pero también es el año en el que comenzó el último golpe cívico eclesiástico militar en la Argentina y es el terrible año del secuestro de mi padre Héctor Federico Bacchini.
Cada año, cada uno de los años de mi vida hasta el presente y hasta el final de mis días cifran la coincidencia de tres aniversarios; el 24 de marzo fue el golpe; el 4 de septiembre, mi cumpleaños, y el 25 noviembre la clandestina detención de mi padre.
Hoy vivo en la misma casa de la calle 15, en donde mi padre vivió en libertad y en el amor familiar hasta su desaparición. Lugar del cual lo arrancaron de nuestra vida físicamente, a la 1 y 30 horas de la mañana.
Empiezo a escribir estas líneas en la misma casa, a pesar de que no tengo recuerdos de esa noche. Lo primero que me robó la dictadura fue la imagen de mi padre. No lo recuerdo y me encantaría poder hacerlo. Aquella madrugada fatal en la primavera del 76 yo era una beba de menos de tres meses. Trágicamente imposible que mi memoria resguarde su imagen.
No imaginan cuánto me gustaría haber podido registrar en mi retina su rostro, sus manos “iguales a las mías” según me cuentan. Poder escuchar su grave y dulce voz, hablada y cantada y tener la hermosa experiencia de su arrullo: “María Santana, por qué llora el niño? por una manzana que se le ha perdido, yo le daré una, yo le daré dos, una para el niño y otra para vos…”
A pesar del horror pude conocer a mi padre gracias al testimonio de mi madre, Elsa Noemí Paladino y de todos aquellos que lo conocieron y lo recuerdan con calidez.
Héctor Federico Bacchini nació en Capital Federal en 21 de noviembre de 1937, único varón de cuatro hermanos. Fue monje benedictino y sacerdote católico. Como párroco ejerció en nuestra región varios años, siendo la comunidad de Cristo Rey el último lugar en el que cumplió esa función. También era músico, profesor, musicólogo, organista y compositor. Era un tipo de contextura media, barba y ojos claros. Aunque en varias etapas estuvo afeitado, lo que muy pocos pudieron apreciar fue el hermoso verde claro de sus ojos, ya que usaba anteojos con demasiado aumento. Mi mamá, siempre recordaba cuando le decía: “Fede qué hermosos son tus ojos, que lástima que nadie pueda apreciarlos por el grosor de los vidrios de tus anteojos ” y me dijo también que en la época en la fue detenido clandestinamente, había estado haciendo pruebas para usar lentes de contacto y lucir su clara, su luminosa mirada, que no solo era así por el color de sus ojos, sino también por su manera de pensar, por la claridad con la podía expresar un concepto y persuadir a su auditorio sobre “su verdad”.
Cuentan que en sus épocas de predicador solía decir: “si alguien dice que no tiene Fe, déjenme hablarle cinco minutos” haciendo alarde de su don de persuasión, de su don con la palabra. Y no solo sus ideales y su fe eran contagiosas, también lo era su risa y su buen humor. Estas y seguramente tantas cualidades heredé de él y gracias a eso pude escuchar desde mi más tierna infancia las anécdotas que me ayudaron hasta hoy a construir en mi mente y en mi corazón, su figura que nunca estuvo ni estará ausente en mi memoria.
Resulta paradójico decir que la dictadura cívico eclesiástico militar me robó su imagen, y sin embargo estará vivo en mi memoria para siempre. Así somos les H.I.J.O.S., humanos y contradictorios pero firmes en nuestra lucha de mantener en alto el nombre de nuestros desaparecidos y las banderas de: Memoria, Verdad y Justicia. Nunca Más. Héctor Federico Bacchini presente ahora y siempre.
Son 30 mil.