
Las fechas y los días
Silvina Arias
¡Qué cosa las ausencias! Hay meses más nostálgicos que otros, depende la persona. Los míos son marzo, junio y julio.
Marzo nos une en la lucha, en la memoria colectiva, en juntarnos para repudiar el horror, en la marcha de La Plata y en la de Plaza de Mayo, en la calle y en las plazas del país.
Junio es el mes en que nací y el mes del horror personal, de cuando nos cambió la vida para siempre, de un día para el otro, en un instante. Julio es la ausencia en el rostro, un cumpleaños sin nada que celebrar. Los años pasan y el sentimiento, las sensaciones se modifican, se transforman, cambian, pero no se van.
Así es el calendario de mí vida. Hay tres meses en los que el dolor aparece con más fuerza, pero también el recuerdo de aquel que fue y debió haber sido. De Diego, quien con sus jóvenes 28 años me acunó a lo largo de los quince días que fuimos contemporáneos; el que era buen padre, amigo y tantas cosas más. El que me transmitió valores.
Hay más de 30.000 historias similares, y cada una con su calendario que tiene marcado en rojo el maldito 24 de marzo de 1976.